Lecciones

Entiende tu Paladar

En la lección previa te presentamos tres recetas para que empezaras a practicar tu técnica de revolver. Hicimos la anotación de que si no te gustaban los cocteles que supiesen mucho a alcohol, que probaras el Martini Inverso. Aún así, tal vez encontraste esta receta muy fuerte para tu gusto.

Todos tenemos gustos diferentes, pero no cometas el error de pensar que sólo porque algo no te gustó una vez, que nunca más te va a gustar.

Tu paladar va cambiando con el tiempo. Piensa en cuántos dulces comías cuando eras niñ@: Tu tolerancia al azúcar (y a la sal) era mucho más alta que ahora. Seguro de que hay comidas que antes odiabas y ahora sí te gustan.

La razón por la que antes podías comer más dulces y más sal es porque tu cuerpo te lo pedía: No sólo era necesario para recuperar la energía que gastabas jugando y moviéndote, sino que también hay un gasto de energía tremendo para tu crecimiento.

Por más feo que suene, cuando envejecemos también hay un cambio fisiológico que altera nuestro sentido del gusto. Nuestras papilas gustativas se van muriendo; sea porque las quemas con comidas calientes, o simplemente por el proceso natural de las cosas. Esto significa que con el pasar de los años, puede que empieces a buscar sabores más fuertes e intensos.

Recuerdos Saborizados

El hecho de que tu cuerpo va cambiando con el paso de los años no es el único factor que altera tu paladar. Tu sentido del gusto y el del olfato se relacionan fuertemente con tu memoria.

Tus experiencias, aunque no tengan nada que ver el sabor de una comida, tienen una influencia sobre tu noción de cómo algo sabe. Remóntate a la última vez que tuviste un malestar estomacal: Pensar en la comida que te causó el problema nada más te retuerce el estómago de nuevo. En otras palabras, tu recuerdo de un malestar interfirió con tu opinión, aunque esta comida te gustara.

Asimismo, si algo no te gustó la primera vez que lo probaste, ese recuerdo se puede quedar contigo para siempre. Es más, comida que sepa o huela similar también se verá afectada por esa opinión inicial.

Estamos 100% seguros que vas a probar recetas donde los ingredientes te van a recordar a medicina que tomaste cuando eras chic@.

Algunos de nosotros encontramos esa novedad y ese cambio más difícil de procesar inicialmente. Cuando pruebas algo por primera vez, puede que tu cuerpo esté subconscientemente poniéndose tenso y a la defensiva, preparándose para lo peor. Esa postura va a influenciar si algo te gusta o no.

Los italianos dicen que necesitas probar el Campari 3 veces antes de que te guste. Tiene sentido, es probable que después de esa primera vez tu mente va a estar más abierta a nuevos sabores y experiencias, y le vas a encontrar el gusto.

Aplicado a la coctelería

Este conocimiento lo podemos aplicar de diferentes maneras.

La primera es que debes de ser consciente de que tu sentido del gusto es afectado por tus experiencias y tus recuerdos. Si pruebas una receta y no te gustó, no la dejes en el olvido. Pruébala de nuevo en otra ocasión. Date cuenta de por qué no te gusta: ¿Es uno de los ingredientes, es la combinación de ellos, o más bien es que te hacen recordar otra cosa?

Pronto estarás creando tus propias recetas y experimentando con diferentes ingredientes. Siempre es importante que pruebes las cosas por sí solas de primero y de que aprendas cómo saben cuando empiezas a mezclarlas.

Cuando estés tratando de ver si dos ingredientes van bien juntos, ponlos cerca y pasa tu nariz de uno al otro. Si los aromas de los ingredientes se mezclan bien, hay una gran posibilidad de que sepan bien juntos.

¡Ten todo esto presente cuando le hagas cocteles a alguien más! Asegúrate de que el ambiente en el que estás y la presentación de tu coctel sean lo mejores posibles. No es coincidencia que muchos bartenders aprenden a hacer maromas y tienen maneras muy artísticas de hacer un coctel: Todo está en crear una experiencia y ponerte de un humor donde estés más predispuesto a que te guste lo que vas a probar.

Siempre recuerda que todos somos diferentes. No hay una manera "correcta" de disfrutar algo, sólo preferencia personal. Ya aprendiste que tus recuerdos y experiencias tienen una influencia en cómo percibes los sabores y aromas, y es obvio que no todos hemos vivido lo mismo.

No te tomes a ti mismo, ni a este hobby muy en serio. No seas esa persona que mira con desdén a los demás porque no "hacen las cosas como se debe", o porque no aprecian un ingrediente en particular. ¡No tienen por qué saber lo que tu sabes! Sé consciente que a ti de seguro te gustan cosas que otros considerarían terrible, y eso no tiene nada de malo.

Conforme hagas cocteles y se los sirvas a tus invitados vas a disfrutar mucho esos momentos donde te digan "¡Ah, a mi no me gustaba este ingrediente, pero en este coctel sí!", pero tampoco seas demasiado insistente. No seas esa mala experiencia que se lleven consigo; ¡ve que les puedes arruinar un ingrediente para siempre!